La diplomacia sanitaria de la República Popular China en América Latina durante la pandemia del COVID-19: ejes de análisis y periodización.

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Resumen

A partir de la pandemia del COVID-19, la diplomacia sanitaria global ha cobrado relevancia en el campo de las relaciones internacionales, revalorizando el lugar que la salud ocupa en el espectro de la diplomacia internacional. Tomando en cuenta la situación actual, las noticias sobre el tema se multiplicaron y se tradujo en el desarrollo de nuevos términos y vocablos, hasta el momento ajenos al escenario del campo médico. Titulares como “diplomacia de las mascarillas” o “diplomacia de las vacunas” afloraron no sólo en medios de comunicación, sino también en la literatura académica.

La pandemia actual ha provocado la toma de medidas sanitarias, políticas e incluso económicas en un período de tiempo tan corto que nos es necesario proponer una clasificación cronológica desde diciembre del 2019 hasta la actualidad. Indagar sobre una periodización de la política diplomática sanitaria china tiene por objetivo comprender el papel que el país ha desempeñado durante la pandemia. En función de la diplomacia sanitaria china observada en la presente investigación, proponemos una cronología dividida en tres etapas, cada una con sus propias características y dimensiones.

Palabras Clave

República Popular China | Diplomacia sanitaria | COVID-19 | Diplomacia de las mascarillas | Diplomacia de las vacunas

1. Presentación

A partir de la pandemia del COVID-19, la diplomacia sanitaria global ha cobrado relevancia en el campo de las relaciones internacionales, revalorizando el lugar que la salud ocupa en el espectro de la diplomacia internacional. Tomando en cuenta la situación actual, las noticias sobre el tema se multiplicaron y se tradujo en el desarrollo de nuevos términos y vocablos, hasta el momento ajenos al escenario del campo médico. Titulares como “diplomacia de las mascarillas” o “diplomacia de las vacunas” afloraron no sólo en medios de comunicación, sino también en la literatura académica.

La pandemia actual ha provocado la toma de medidas sanitarias, políticas e incluso económicas en un período de tiempo tan corto que nos es necesario proponer una clasificación cronológica desde diciembre del 2019 hasta la actualidad. Indagar sobre una periodización de la política diplomática sanitaria china tiene por objetivo comprender el papel que el país ha desempeñado durante la pandemia. En función de la diplomacia sanitaria china observada en la presente investigación, proponemos una cronología dividida en tres etapas, cada una con sus propias características y dimensiones.

Tabla 1: Periodización de la diplomacia sanitaria china durante la pandemia del COVID-19.

Fuente: Ministerio de Economía y Finanzas Públicas de Argentina 2017

El primer período comenzó hacia finales del 2019 hasta los primeros meses del año siguiente. Se distingue por ser un momento en el cual China recibió donaciones de material sanitario, sobre todo elementos de protección personal. El segundo período se inició en marzo del 2020, cuando China ya tenía contenido el brote en su territorio y otros países comenzaron a registrar los primeros casos.

Este ciclo fue denominado como Mask Diplomacy o Diplomacia de las Mascarillas , y fue caracterizado por dos aspectos principales. En primer lugar, la falta y alta demanda de elementos de protección personal, insumos y equipamiento médico. Durante los primeros meses de la pandemia en cada país, la escasez de estos recursos materiales puso a casi todos los sistemas sanitarios nacionales en jaque, incapaces de satisfacer las demandas de protección y capacidad hospitalaria provocada por los brotes. El período de diplomacia de las mascarillas se caracterizó por la falta generalizada de insumos y la necesidad de varios países de apelar a compras urgentes y recepción de donaciones. La falta generalizada de instrumentos médicos y la urgencia en la demanda fueron los problemas que se identificaron sobre todo durante los primeros meses de este ciclo. En segundo lugar, fue una etapa de intensas investigaciones con el objetivo de desarrollar vacunas para inmunizar a la población contra el virus COVID-19.

El tercer período comenzó a mediados de enero de 2021, cuando algunos países comenzaron la implementación de campañas de vacunación. Este momento en el curso de la pandemia, se denominó como Vaccine Diplomacy o la diplomacia de las vacunas. Las investigaciones promovidas por laboratorios y diversos Estados comenzaban a dar frutos en las primeras aprobaciones de vacunas que presentaban casos exitosos en los ensayos clínicos. Si bien el desarrollo y aprobación de vacunas se planteaba como el principio del fin de la pandemia, las vacunas de inmediato fueron altamente cotizadas alrededor del mundo. Otra vez, la escasez, la urgencia y la alta demanda marcaron la agenda sanitaria internacional.

La República Popular China (en adelante RPC) es uno de los países que ha logrado desarrollar con éxito vacunas contra el COVID-19, siendo dos de ellas parte de las diez aprobadas por la OMS hasta el momento (WHO, 2021, 2022). Las vacunas chinas, así como las demás aprobadas, comenzaron a estar en la lista de obligaciones de los Estados que, con el objetivo de inmunizar a su población, demandaban contar con las mismas. Al igual que los demás países que lograron lanzar vacunas al mercado, como los Estados Unidos e India, China jugó en este período un papel extremadamente importante en el campo de la diplomacia sanitaria internacional. En esta investigación contextualizaremos, la evolución y dimensiones de las diplomacias de las mascarillas y de las vacunas del COVID-19 de la RPC. Integraremos ambos períodos mencionados anteriormente, abarcando las compraventas y donaciones tanto de material sanitario como de vacunas.

2. La diplomacia sanitaria: definiciones y contextos

La diplomacia sanitaria global se ha convertido en uno de los temas más discutidos durante la pandemia actual. Sin embargo, cuando contemplamos su estudio no debemos contextualizarla en un aspecto unidimensional. La pandemia ha afectado a campos más allá del sanitario, influyendo en las economías nacionales, el comercio internacional, el mercado de trabajo, e incluso el ámbito político. Por ende, la conceptualización teórica sobre la diplomacia de la salud actual debe abarcar aspectos más allá de las cuestiones estrictamente sanitarias.

Una de las definiciones más utilizadas de diplomacia sanitaria global es la propuesta por Novotny y Adams en los siguientes términos: “es una actividad política que cumple con un doble objetivo: el de mejorar la salud mundial por un lado, y el de mantener y fortalecer las relaciones internacionales por el otro, especialmente en áreas de conflictos y de escasos recursos” (traducción propia) (Citada por Lee & Smith, 2011, p. 1).

A partir de esta definición consideramos que la diplomacia sanitaria no se trata solamente de mejorar la salud a nivel global, sino que también incluye aspectos políticos. Su historia ha evolucionado en escenarios más complejos que pueden explicar el estado de la diplomacia sanitaria en el contexto de la pandemia del COVID-19. Siendo que la primera conferencia sanitaria internacional se celebró en 1851, este tipo de diplomacia no es novedosa. Las primeras conferencias estuvieron ligadas a la preocupación por la contención de enfermedades, como la cólera (Howard-Jones, 1975, p. 12) y estuvo estrechamente ligada con el comercio internacional, por ejemplo, mediante la implementación de centros de cuarentena en grandes ciudades comerciales para evitar la expansión de distintas enfermedades. Esta interrelación se evidenció en las medidas de cuarentena tomadas a partir de la expansión de la cólera (Cueto et al, 2019, p. 12), que llevaron a la celebración de las conferencias sanitarias. La institucionalización de la salud en una organización multilateral como la conocemos actualmente llegó por la creación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 1948.

La diplomacia sanitaria contemporánea ha evolucionado en un escenario en el cual tanto los Estados nacionales como las organizaciones internacionales no son los únicos actores. Durante los últimos brotes pandémicos, se ha percibido un avance de nuevos sujetos en este campo, como las entidades privadas y filantrópicas, la sociedad civil y ONGs. En este sentido, la diplomacia sanitaria no es ejecutada solo en un nuevo multilateralismo, sino que también en una diplomacia multisectorial, en la cual participan varios tipos de actores. El involucramiento de nuevos sujetos no es accidental, y responde a la inclusión de la salud como parte de los Objetivos de Desarrollo Sustentable (ODS) enunciados por la Organización de las Naciones Unidas para 2015-2030. (Kickbusch et al, 2021, p. 24).

3. China como actor en la diplomacia sanitaria internacional durante la pandemia actual: periodización

China fue desde un principio un actor relevante en la diplomacia sanitaria internacional, y en especial a partir de la pandemia actual. Demarcando el período temporal de la pandemia del COVID-19, podemos dividir la política sanitaria internacional china en tres principales períodos.

En un primer momento, China fue receptora de la colaboración de material sanitario proveniente de otros países. Durante las primeras semanas del brote en Wuhan hacia fines del 2019, China recibió donaciones de equipamientos médicos y elementos de protección personal. Para ese primer estadio del brote, sólo China era considerada el epicentro de la pandemia y muchos países enviaron donaciones con material para ayudarla a enfrentar lo que en el momento se pensaba era un virus con contingencia local (Xinhua, 2020). Por ende, esta etapa incipiente se basó en la recepción de donaciones. Hacia marzo de 2020, China logró contener la crisis mediante una cuarentena estricta y testeos masivos (Fleming, 2020).

Para fines de febrero de 2020, países como Italia, Irán y Corea del Sur, comenzaron a registrar casos de COVID-19 y a verse en la necesidad de prepararse para posibles brotes dentro de sus fronteras (UN News, 2020). Durante este período, el perfil de China como actor en la diplomacia sanitaria viró de ser un receptor de ayuda a ser donante. Desde ese momento comenzó lo que los medios de comunicación bautizaron como la diplomacia de las mascarillas e inaugura la segunda etapa de China como actor en la diplomacia sanitaria global en tiempos del COVID-19: China como donante y exportador de material sanitario. Desde elementos de protección personal, hasta respiradores, e incluso ayuda médica y profesional fueron enviados desde China para colaborar con la mitigación del virus alrededor del globo. Hacia marzo de 2020, China ya no era un receptor de ayuda sino proveedor de la misma, experimentando un giro drástico en su caracterización como actor en la diplomacia sanitaria global durante los primeros meses de la pandemia.

En el tercer período de China como actor en la diplomacia de la salud, es posible identificar la emergencia de un Estado productor y exportador de vacunas de COVID-19. Actualmente, dos vacunas chinas han sido aceptadas por la OMS, y otras se encuentran en proceso de aprobación. Esta etapa se conoce como la diplomacia de las vacunas. China ya se encuentra, al igual que otros actores, en posición de poder proveer a otros países con vacunas para mitigar la nueva enfermedad (Arredi, 2021; Xinhua, 2021).

En resumen, la posición de China en la diplomacia sanitaria internacional durante la pandemia ha pasado de ser un receptor de ayuda exterior a un proveedor de productos médicos para el resto del mundo. Primero, al participar en la diplomacia de las mascarillas, y luego en la de las vacunas. La política sanitaria de China a lo largo de la pandemia se ha perfilado en pos de mantener una postura equilibrada y abogando por la solidaridad. En junio de 2020, mientras muchos países lidiaban con cuarentenas y cierres de fronteras, China se inclinó por la solidaridad internacional y la cooperación para hacer frente a la pandemia. De acuerdo con lo enunciado de manera oficial en el Libro Blanco (2020):

La propagación mundial de Covid-19 está causando gran preocupación. Tanto la lucha para controlar el virus como el esfuerzo por defenderse de una recesión mundial cada vez más profunda exigen que la comunidad internacional se una y trabaje en forma conjunta. Llamamos en favor del multilateralismo y del compromiso para construir una comunidad de destino compartido. La solidaridad y la cooperación son las armas más poderosas de que dispone la comunidad internacional en la guerra contra la pandemia. Lo que hacemos hoy determina cómo nos irá en el futuro. China pide a todos los países que actúen con prontitud, demuestren solidaridad, fortalezcan la cooperación en todos los frentes y luchen juntos contra la pandemia (traducción propia) (White Book, 2020).

En el transcurso de la pandemia China se ha encontrado en ambos lados de la diplomacia sanitaria, como donante y como receptor de ayuda extranjera. Por ello, podemos comprender su postura en favor del compromiso y solidaridad en emprender soluciones multilaterales para hacer frente a la pandemia.

3.1 China y la diplomacia de las mascarillas

La diplomacia sanitaria no solo se divide entre la pertenencia de los actores (sean del ámbito estatal, privado o civil), sino que una separación más directa es la que puede aplicarse entre donantes de ayuda sanitaria y los receptores. Durante las décadas subsiguientes a partir de su fundación, la República Popular China ha recibido ayuda internacional en materia de sanidad, perfilándose como un actor receptor. Sin embargo, decenios más tarde ha enviado comisiones de médicos a diversos países. También ha presentado el proyecto Health Silk Road en el contexto de la BRI (Belt and Road Initiative). A su vez, la China International Development Cooperation Agency se encuentra cumpliendo sus primeros años en provisión de proyectos y ayudas internacionales. China comienza a perfilarse en el otro extremo de la diplomacia sanitaria: el de donante y proveedor.

Para marzo de 2020, China ya parecía haber contenido el brote del virus dentro de sus propias fronteras. En ese momento, casi ningún país tenía las condiciones necesarias para proveer ayuda en materia de sanidad. China ya había donado materiales a más de 150 países y enviado comisiones de expertos a más de 20 (Rudolf, 2021). Noticias de todo el mundo eran publicadas sobre embajadores chinos con autoridades locales recibiendo ayuda proveniente de China (Ul Khaliq, 2021; Xinhua, 2021).

Desde el inicio de la pandemia, la gran mayoría de países latinoamericanos ha recibido donaciones provenientes de la RPC, desde elementos básicos como material de protección hasta respiradores. En este sentido, China ha tenido una presencia activa en la región durante el período denominado como la diplomacia de las mascarillas (Telias & Urdinez, 2020). En esta etapa, debemos recalcar la diversidad de actores que participaron en las donaciones. China tomó ventaja de las conexiones con ciudades, provincias, empresas, fundaciones, universidades y comunidades de la diáspora que tenía en cada país para lograr un mayor flujo de donaciones (Urdinez, 2021, p. 5). Si bien en países como Venezuela la ayuda estuvo canalizada por medio del gobierno central, en otros como Chile y Brasil, gran parte de las donaciones llegaron mediante empresas y compañías.

3.2 China y la diplomacia de las vacunas

El tercer período de la diplomacia sanitaria china en la pandemia está relacionado con China como desarrollador, productor y proveedor de vacunas contra el COVID-19. Esta etapa también ha sido conocida como el de la Diplomacia de las Vacunas. China tiene una capacidad de producción de vacunas muy amplia, encontrándose segunda en la lista mundial, detrás de los Estados Unidos (UNICEF, 2021). Por lo tanto, tiene la capacidad de proporcionar vacunas a nivel nacional y mundial.

Siguiendo la tendencia de presencia de donaciones chinas en América Latina durante el período anterior, el período de diplomacia de las vacunas no fue la excepción. La región latinoamericana ha presentado un fuerte influjo de vacunas provenientes de China. Brasil, México y Chile son los países latinoamericanos que más vacunas chinas han importado (Bridge, 2021).

En este aspecto, la RPC presenta dos tendencias importantes a tener en cuenta. Primero, ha presentado un protagonismo importante en la región desde el inicio de la pandemia mediante la provisión de donaciones: desde material de protección personal (Urdinez, 2020), hasta vacunas contra el COVID-19 llegaron a diversos países desde China para hacer frente a la pandemia actual (Bridge, 2021). Segundo, su diplomacia de las vacunas está enfocada en el Sur Global (Bridge, 2021; Unmubig & Sitenko, 2021). Por lo tanto, el análisis de la provisión de vacunas por parte de la RPC en la región latinoamericana sigue esta tendencia geográfica general (Voss et al, 2021; Stuenkel, 2021).

La diplomacia de las vacunas de la RPC posee ciertas características particulares. La primera es que se encuentra enfocada en países de ingresos medios y bajos. De acuerdo con el mapa de ventas de vacunas chinas, podemos observar que están enfocadas especialmente en Asia, América Latina y África (Bridge, 2021). A su vez, la presencia de estas se da en regiones donde se encuentra el menor porcentaje de población vacunada (Universal Rights Group, 2021).

La segunda característica es que las ventas de vacunas sobrepasan las donaciones. La mayoría de las donaciones van dirigidas a países de Asia y África, mientras que las compras predominan en áreas donde las donaciones son bajas, como América Latina, concentrándose principalmente en México, Chile y Brasil (Bridge, 2021).

Tabla 2: Vacunas chinas: ventas y donaciones alrededor del globo.

Fuente: Elaboración propia a partir de datos contenidos en Bridge (2021)

Otro aspecto para considerar es que las donaciones bilaterales sobrepasaron a las donaciones a organismos multilaterales. Aunque China ha centrado su ayuda a través de canales bilaterales, es necesario tener en cuenta que las pocas vacunas chinas canalizadas a través de vías multilaterales como COVAX (Fondo de Acceso Global para Vacunas COVID-19) podría deberse a que estas sido aprobadas muy recientemente por la OMS. Es necesaria la incorporación a la Lista de Uso de Emergencia de la organización antes de que las mismas puedan ingresar a COVAX. Sinopharm fue aprobada el 7 de mayo y Sinovac el 1 de junio de 2021(OMS, 2021).

Tabla3: Vacunas chinas: donaciones bilaterales y multilaterales.

Fuente: Elaboración propia a partir de datos contenidos en Bridge (2021)

Demás elementos revelan la importancia que los lazos establecidos con Beijing jugaron a la hora de recibir ayuda por parte de China. La investigación de Urdinez (2021, p. 5) llegó a la conclusión de que aquellos países que disfrutaban de relaciones bien establecidas con Beijing recibieron más ayuda que los países que no las tenían. Su investigación concluyó que Venezuela y Paraguay recibieron diferentes niveles de ayuda. Por un lado, Venezuela como aliado político de China en la región recibió diversas donaciones durante el período de la diplomacia de las mascarillas. Por otro lado, el auxilio chino en Paraguay fue casi nulo y esto responde a los lazos diplomáticos que mantiene con Taiwán. El principio de “Una sola china” no es negociable para la RPC, y esto también se refleja en la ayuda que el país brindó durante la pandemia actual. A su vez, los lazos comerciales también reflejaron su peso a la hora de recibir auxilio por parte de la RPC. Brasil, Chile y Perú recibieron la mayor proporción de donaciones por parte de empresas chinas. Estos son, coincidentemente, los países que han atraído la mayor cantidad de inversiones chinas en los últimos años.

4. China como actor en la diplomacia sanitaria internacional de la pandemia actual

Una vez identificada una cronología de la política china en materia de diplomacia sanitaria durante la pandemia actual, procedemos a particularizar y caracterizar las similitudes y diferencias entre dichos períodos.

Como similitudes entre los períodos mencionados, encontramos a China como un actor proveedor de elementos críticos para la lucha contra el COVID-19. En las dos etapas, China se encontraba en la posición de poder exportar equipos médicos como elementos de protección personal, equipamiento médico crítico, y ahora de vacunas a otros países.

A principios de junio de 2020, China ya había administrado 800 millones de vacunas (Xinhua, 2021). Los casos de COVID en China estaban bajo control, por lo que esto le brindó la posibilidad de proporcionar vacunas a países donde los casos de COVID-19 estaban escalando. El mejor ejemplo de ello podría ser Brasil, donde los casos y muertes por COVID se encontraban entre los más altos del mundo hacia mediados del 2020 (Fonseca, 2020). Brasil firmó un contrato con Sinovac por la compra de 100 millones de dosis, de las cuales ya se entregó más del 95% (Bridge, 2021). En resumen, durante ambos períodos, China pudo dotar a su población de equipos de protección y ahora de vacunas, y al mismo tiempo a otros países (Arredi, 2021; Xinhua, 2021).

Este surgimiento protagónico de China por su política diplomática sanitaria durante la pandemia evidencia uno de los cambios de poder que está experimentando actualmente la diplomacia sanitaria global. Este cambio de poder se produce entre las naciones, por lo que Kickbusch (2013, p. 26) describe la creciente presencia de los países en desarrollo en el escenario de la salud mundial. De acuerdo con este autor, esto obedece a cambios de las dinámicas de poder entre los estados donde la diplomacia sanitaria ya no es exclusivamente protagonizada por los países desarrollados, sino que emergen nuevos actores que influyen en el campo, especialmente los países de ingresos medios y bajos. Esto se puede observar en el marco del desarrollo de la vacuna, pero no solo con la presencia de China, sino también con otros países, como Covishield y Covaxin en India o la vacuna Soberana en Cuba. La investigación y el desarrollo de vacunas en los países de ingresos bajos y medios demuestran que compartirán un papel protagónico en el escenario político internacional durante la crisis actual.

A su vez, observamos una serie de diferencias entre el segundo y el tercer período de la diplomacia sanitaria china durante la pandemia actual. La principal es la diferencia en la cantidad de actores involucrados en ambas etapas. En la fase de las mascarillas observamos una diversificación de actores, por ejemplo, en el caso de algunos países latinoamericanos en los cuales las donaciones de equipamiento estuvieron mediadas por gobiernos provinciales, municipales, organizaciones civiles y privadas. Por el contrario, durante el período de la diplomacia de las vacunas se observa la centralización en pocos actores: el Estado central y los laboratorios.

En este sentido, Kickbusch (2013, p. 26) señala que uno de los cambios en los ejes del poder de la diplomacia sanitaria global es el que trasciende a los estados centrales y es consecuencia del surgimiento de nuevos actores en la diplomacia sanitaria (Katz et al, 2011, p. 504), por lo tanto, la política sanitaria internacional deja de estar centralizada en los gobiernos nacionales. Si bien esta tendencia se observó durante el segundo período, el tercero se caracteriza por una reconcentración de los actores. El período de la diplomacia de las mascarillas experimentó un florecimiento de actores involucrados en donaciones: organizaciones filantrópicas, asociaciones civiles chinas, gobiernos provinciales y municipales e incluso organizaciones de la diáspora. En la etapa siguiente podemos constatar un monopolio de la toma de decisiones de donación en el gobierno central y los productores de vacunas.

Durante el segundo período observamos que la diplomacia sanitaria ya no es exclusiva de gobiernos y organizaciones internacionales. No obstante, esta tendencia ya no se manifiesta actualmente en la diplomacia de las vacunas. Esto responde a que las vacunas son más difíciles de producir, requieren procesos de patentamiento más complejos, necesitan procesos de investigación, desarrollo y producción más largos. Por lo tanto, la diplomacia de las mascarillas abarcó a más cantidad de actores que la diplomacia de las vacunas.

Este es un gran cambio de poder que Kickbusch (2021) reconoció que está ocurriendo durante las últimas décadas en la diplomacia de la sanidad: es un proceso que se da más allá de los gobiernos por el surgimiento de nuevos y diferentes actores, especialmente el sector privado y la sociedad civil. Esto podría experimentarse claramente durante el período de la diplomacia de las mascarillas, en el que diferentes niveles de la sociedad china actuaron como donantes de equipos médicos a países o comunidades extranjeras. Ejemplos de esto fueron las donaciones realizadas por filántropos chinos como la Fundación Jack Ma. En algunos casos, como en Chile, las donaciones de la diáspora china representaron hasta el 2% de las ayudas recibidas en dicho país.

La segunda diferencia que encontramos es la cantidad de donaciones entre ambos períodos en ciertas regiones. Si tomamos la región de América Latina y el Caribe observamos que China ha hecho más contribuciones de equipos de protección que de vacunas (Wilson Center, 2020), por lo que las ayudas fueron mayores durante el primer período. Esto puede deberse a diversos factores. Por ejemplo, en el hecho de que el transporte y manipulación de vacunas requiere una logística diferente (WHO, 2021; Barnhill, 2021; Steinhauser & Bariyo, 2021). A su vez, al principio del período de la diplomacia de las vacunas no era fácil cerrar contratos con los laboratorios debido a la gran demanda inicial, por lo cual había una escasez incipiente de contratos de vacunas, principalmente en países de bajos ingresos (Twohey et al, ‘2020; OECD, 2021).

Conclusión

Definir a China como actor en la diplomacia sanitaria global en contextos del COVID-19 debe hacerse desde una perspectiva multidimensional y atendiendo a las diferentes temporalidades propias de la actual pandemia. Contemplar a la política sanitaria internacional como un aspecto estrictamente de la salud, nos aleja de un análisis que parte de la definición misma de este campo. Entenderlo como una entidad autárquica nos aísla de sus matices. Por ende, fue necesario plantear un enfoque que interpele la perspectiva sanitaria pero también desde un matiz político, identificando un abanico de actores diversos e involucrando la coyuntura internacional.

La importancia de China como actor en la diplomacia sanitaria en tiempos del COVID-19 es innegable. Desde un punto de vista geográfico por ser el epicentro inicial de la pandemia. Desde un punto de vista político la pandemia ha puesto a China en el eje de receptor y beneficiario de la ayuda internacional, como así también del lado de proveedor de ayuda en materia sanitaria.

La pandemia actual, a su vez, ha traducido las dinámicas de cambios en los ejes de poder de la diplomacia sanitaria global. La afluencia de nuevos actores y los cambios en las dinámicas políticas entre diversos países nos revelan un nuevo mapa de distribución del poder en materia de diplomacia de la salud.

La periodización de la diplomacia sanitaria china nos ayuda a dimensionar las diferencias entre cada etapa de la pandemia, siendo que ambos puntos se entrelazan entre políticas sanitarias particulares y contextualizaciones internacionales coyunturales. Si bien esta investigación no pretende ser conclusiva (sobre todo porque el tercer período aún sigue en proceso), esperamos que sirva como antecedente para futuros trabajos sobre la diplomacia sanitaria china en la región.

Biografía

Bibliografía