La política exterior china y su proyección en la región de América Latina

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Resumen

El presente artículo hace un análisis sobre algunas características culturales y políticas de China en el ámbito de las relaciones exteriores y en particular de sus relaciones actuales con América Latina y el Caribe, atendiendo a las posibilidades con que cuenta dicha región para lidiar con la realidad de esas relaciones y como posicionarse ante el aumento del papel de la República Popular en el área.

Aspectos generales de la cultura china en política exterior

La cultura china se encuentra entre las más antiguas de la historia de la humanidad, constituida en un centro cultural con un profundo desarrollo tecnológico, sociopolítico y cultural. Podemos destacar entre otros aspectos la existencia de escritura desde el 1500 a.n.e. y la conformación de una identidad firmemente establecida, que ya para el 500 a.n.e.1 contaba con elementos distintivos que han perdurado hasta la actualidad. A partir de lo antes expuesto podemos rastrear que desde muy temprano se autodenominaron como ‘Centro’, ‘Zhong’, convencidos de su superioridad moral y cultural respecto del resto de los pueblos que la rodeaban.

El nombre de la nación: Zhongguo, Reino del Centro, evidenciaba su posición prioritaria con respecto al resto de las naciones. Este concepto marcó en gran medida la forma de proyectarse al exterior. Es interesante comprender este concepto dentro del sistema de pensamiento tradicional chino para entender al centro de qué se refieren al usar el término. Es el centro estratégico para el desarrollo en tanto se esté en condiciones de obtener ventajas del entorno, ya sea que hablemos del hombre y su salud, del emplazamiento de una comunidad en el medio natural, o de la nación en el orden geopolítico global. Teniendo esto claro veremos que el centro no es un lugar inmutable sino que depende de las circunstancias siempre cambiantes del entorno y de las aspiraciones, siempre cambiantes también, de quien busca esa posición. De modo que el centro tiene que ver más con la estrategia de estar en una posición privilegiada para relacionarse en todo sentido con el medio circundante.

La fundación de la RPCh, bajo el liderazgo del Partido Comunista Chino (PCCh) y de su líder Mao Zedong, conocida también como la primera generación de gobierno, implicaron para la nueva nación el regreso a un poder político y administrativo centralizado y fuerte (inexistente en el último siglo) que logró incorporar nuevamente a China en el contexto internacional bajo un sistema autónomo e independiente y que inició el proceso de la reconstrucción nacional. No obstante esos años fueron complejos y estuvieron marcados por un proceso de avances y retrocesos tanto en su política interna como en la externa, culminando con la cuestionada etapa de la llamada Revolución Cultural que finalizó formalmente con el fallecimiento de Mao en septiembre de 1976. La política exterior entre 1949 y 1976, el primer período de la Revolución Socialista, fue de una fuerte confrontación y rechazo a las reglas del sistema internacional que procuraba derribar. Mao se caracterizó por un discurso duro, por su oposición a las superpotencias, tanto a los Estados Unidos (EE.UU.) como a la Unión Soviética (URSS), al tiempo que desarrolló una estrecha colaboración con las naciones en vías de desarrollo y mantenía un cierto aislamiento de las organizaciones internacionales.

El ascenso del líder Deng Xiaoping, la segunda generación de gobierno o de dirigencia, significó un gran cambio para el país al aplicar el proceso de reforma y apertura que re direccionó el rumbo de la política tanto interior como exterior a partir de 1978. Como parte del proceso de modernización iniciado se promovió la participación de la comunidad internacional en la economía del país, se incrementó en gran medida la participación de la RPCh en organismos gubernamentales y no gubernamentales, en especial los de índole financiera, y el país comenzó a salir del aislamiento y del atraso económico. A partir de la llamada tercera generación de gobierno presidida por Jiang Zemin y particularmente con las cuarta y quinta generaciones de gobierno o liderazgo, la política exterior china ha resultado mucho más flexible y sofisticada en sus relaciones bilaterales y con las instituciones a las que se ha incorporado, poniendo así de manifiesto una postura diferente. El país ha tratado de reconstruir su imagen en el ámbito internacional para lo cual ha promovido sus intereses económicos, teniendo muy presente los temas de seguridad, política, y cultura, para no ser víctimas del hegemonismo que las naciones occidentales han intentado imponer.

Luego de un complejo período de cambios, China arribó al siglo XXI como una de las principales potencias mundiales y buscando nuevamente la posición central que su tradición le señala como propia y natural. La RPCh ha tomado al crecimiento económico como un objetivo central de sus políticas desde 1978 y ha promovido como principales metas: el logro del bienestar social, la defensa ante cualquier peligro externo y la soberanía Nacional; al tiempo que buscan mantener e incluso aumentar su influencia en la región como un Estado importante e incluso el principal, y su posible proyección mundial en el actual contexto de un mundo globalizado e interdependiente.

El PCCh ha insistido en que la RPCh no constituye una amenaza para ningún país, y en que la teoría de ‘la amenaza China’, desarrollada por detractores, está siendo sustituida por la ‘teoría de las oportunidades ofrecidas por China’. A su vez, PCCh ha sostenido además el concepto del ‘surgimiento pacífico de China’2, que ha pasado a ser parte esencial en el discurso oficial. La incorporación del país a los principales organismos internacionales parecería confirmar el nuevo espíritu cooperativo de su dirigencia, como sostuvo en su momento Hu Jintao, líder de la cuarta generación de gobierno, en la Cumbre de Ejecutivos Empresariales del Foro de Cooperación Económica Asia Pacífico (APEC), en noviembre de 2005: “la aspiración común de los pueblos del mundo consiste en salvaguardar la paz, promover el desarrollo y buscar la cooperación, construir un mundo armonioso con una mentalidad abierta”.

En marzo de 2013 fue elegido como Presidente de la RPCh, Xi Jinping, iniciándose el actual período de la denominada quinta generación de gobierno. Xi sostuvo también: “Todos los países deben colaborar en la construcción de un nuevo tipo de relaciones internacionales caracterizadas por la cooperación y el beneficio mutuo”. En los últimos años ha habido nuevamente un giro en algunos aspectos de la política exterior respondiendo a los logros obtenidos por la RPCh en su proceso de desarrollo económico, por su posicionamiento en el contexto internacional, y por la evolución de la política global.

En el nuevo contexto el presidente Xi, planteó en discurso pronunciado en el 20143, que la RPCh dejaría de tratar a los EE.UU. y a la Unión Europea (EU) como prioridad estratégica, y priorizaría a las potencias emergentes del grupo de los BRICS4, especialmente a Rusia, a sus vecinos asiáticos y del sur en general a los que llamó: “importantes potencias en desarrollo”. Actualmente el país tiene una postura muy activa tanto en la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y agencias especializadas como el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y la Organización Mundial de la Salud (OMS), los diferentes grupos conocidos como el G-7 y el G-20, el mencionado grupo de los BRICS, la Organización de Cooperación de Shanghai (OCS), el Fondo Monetario Internacional (FMI)5, como en foros de debate global, entre ellos el BOAO para Asia (versión asiática del Foro de Davos).

A partir de la compleja situación generada en los mares del Este y Sur de China y de haberse planteado el lanzamiento del tratado de Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP) entre otros, la RPCh ha impulsado tres iniciativas de gran peso en su política exterior:

1- La creación del Nuevo Banco de Desarrollo (NBD) de los BRICS, que se inauguró en Shanghái en julio de 2015 con el objetivo de que los países emergentes puedan financiarse con un sistema alternativo a las instituciones internacionales tradicionales dominadas por los EE.UU. y financiado por los cinco países BRICS con un capital estimado de 100,000 millones de dólares.

2- El Banco Asiático de Infraestructuras e Inversiones (AIIB por sus siglas en inglés), que puede constituirse en la mayor entidad financiera mundial tendiendo a desplazar al FMI y al Banco de Desarrollo Asiático, (este último con capitales mayoritarios de los EE.UU. y Japón). Al nuevo Banco se sumaron 57 países en un principio y entre sus miembros fundadores 31 son de la región asiática, otros 10 de fuera de la región, y muchos de estos últimos se encuentran entre los principales aliados de los EE.UU. como los casos del Reino Unido, Alemania, Australia y Corea del Sur, entre otros, dejándolo junto a Japón al margen del negocio. La constitución del AIIB se efectuó en marzo de 2015, entró en funciones en enero de 2016, y ya se ha constituido en una gran preocupación para el FMI por diferenciarse de sus métodos y constituirse en una verdadera alternativa que busca ‘des dolarizar’ la economía mundial y que ha anunciado estar buscando crear su propio sistema de transacciones financieras internacionales. Los principales capitales los aportaron la RPCh (con un 26,06%) y la India (7,51 %), posteriormente se han sumado más capitales como los de Rusia (5,93%), Alemania (4,15%) y Corea del Sur (3,5%) entre otros, cabe señalar además que China ha renunciado a su derecho al veto, otro aspecto que diferencia el modo de trabajo que propone esta nueva entidad.

3- El proyecto de Las Rutas (marítima y terrestre) de la Seda del Siglo XXI, o ‘iniciativa de la Franja y la Ruta’, que considera importantes para mantener, aumentar, y redefinir su papel regional y mundial. Constituye una utopía comercial y de negocios eurasiática que conecta por redes de trenes de alta velocidad, de fibra óptica, de puertos y conductos el este de Asia, Asia central y del sur, Rusia, Medio Oriente y Europa. De modo que podemos concluir que la política exterior de China sigue orientada a garantizar las condiciones necesarias para lograr los objetivos de su política interna centrada en el crecimiento económico, de la ciencia y la técnica, y de unas fuerzas armadas fuertes para lograr la autosuficiencia que la caracterizó a lo largo de su historia y que le brindó grados de libertad para manejarse en el contexto ‘mundial’ del cual formaba parte.

Política exterior de la RPCh en la actualidad

Hoy ya se reconoce a China como la segunda potencia económica mundial y en vías de convertirse en pocos años en la primera, sumado al hecho de que viene mostrando en los últimos años una mayor capacidad y aspiración de ser un país central en el actual siglo estableciendo cada vez más, relaciones económicas, políticas y culturales con países de todos los continentes sin atenerse a las reglas establecidas en el pasado siglo por los llamados países del primer mundo y sus hegemonías regionales.

Mucho se ha escrito y estudiado sobre el sorprendente desarrollo llevado a delante por China desde 1978 con el inicio de su proceso de reforma y apertura hasta la actualidad, aunque cabe destacar que ha habido dos fases en ese desarrollo: una primera en la que se apostó a la inversión extranjera, la exportación y la posibilidad de contar con una mano de obra barata que los dotaba de ventajas comparativas y que les permitió un crecimiento en el orden del 10% llegando a ser llamada la gran fábrica del mundo; y otra etapa que luego de varios años de desarrollo y éxitos, desde inicios de 2010 aproximadamente, le ha permitido iniciar una proyección como potencia regional y con intenciones de expandirse al contexto mundial, son ahora importantes inversores en el exterior y su mano de obra con gran calificación no es ya el objetivo de las inversiones directas en China.

La política actual del país busca posicionar a la RPCh en el nuevo contexto del siglo XXI como una gran potencia económica en primera instancia, pero proyectada a otros ámbitos como el financiero, el cultural y el geopolítico para lo que ha diseñado planes de desarrollo económico más ambiciosos buscando crecimiento industrial, innovación tecnológica, recomposición del medio ambiente, crecimiento del bienestar social y la proyección del llamado poder blando (a través de los Institutos Confucio y las Casas de China). China sigue sosteniendo una política basada en los cinco principios de coexistencia pacífica, y en el actual concepto lanzado por el presidente Xi Jinping en su discurso en la Oficina de la ONU en Ginebra6: “La propuesta de China es: construir una comunidad de futuro compartido para la humanidad y lograr un desarrollo que sea benéfico para todos” […] “El desarrollo de China ha sido posible gracias al mundo, y China ha contribuido al desarrollo del mundo. Continuaremos siguiendo una estrategia de apertura de beneficios compartidos, compartiremos nuestras oportunidades de desarrollo con otros países y les daremos la bienvenida a bordo del tren rápido de desarrollo de China”. Conceptos estos, los del beneficio compartido y la comunidad de futuro, que vienen marcando el estilo de la proyección de la política china a nivel mundial y en particular a través de la mencionada iniciativa de la Franja y la Ruta, y lo que actualmente llaman su extensión natural a la región de América Latina (AL). En la región a su vez resulta atractiva la mencionada idea y países como Chile, han decidido sumarse, planteando que ese proyecto implica tremendas perspectivas para el desarrollo de la infraestructura7. Otros países de la región que en los últimos meses han firmado acuerdos de Franja y Ruta son Bolivia, Antigua y Barbuda, Trinidad y Tobago, Guyana y se suman otros.

No se debe perder de vista, no obstante, la singularidad de la economía china, donde su política económica sigue teniendo su base en la planificación por parte del Estado y el Partido que son fundamentales en las empresas de los sectores estratégicos; más allá de ser indiscutible que es un sistema combinado con el mercado y la existencia, cada vez mayor, de empresas privadas de capitales tanto extranjeros como nacionales. En el discurso oficial veremos que el país sigue sosteniendo que no tiene intenciones hegemónicas ni de exportación de su modelo sociopolítico sino que buscan relaciones internacionales basadas en el concepto del ganar-ganar para encontrar respuestas a sus necesidades económicas y de desarrollo, donde se destacan sus intereses de obtener mercados para colocar sus mercancías, para conseguir recursos alimentarios y energéticos, y la posibilidad de obtener las materias primas necesarias para su industria en crecimiento.

En ese contexto las relaciones de la RPCh con AL buscan una forma de interacción que satisfaga sus necesidades pero que la aleje del modelo de las potencias tradicionales que obtuvieron grandes ganancias a costa de perpetuar el atraso y la pobreza en las regiones del tercer mundo. Su actual planteo insiste en la armonía exterior, buscando generar procesos que generen progreso y bienestar en aquellos países en los que invierte y con los que comercia.

Relaciones de la RPCh con América Latina

A partir de lo antes expuesto podemos observar como en los últimos años ha crecido y se han profundizado las relaciones entre la RPCh y AL, proceso en el cual China ha tenido en cuenta el valor de la diplomacia cultural, e intenta que la iniciativa de la Franja y la Ruta sea un camino para la proyección de su cultura y le permita la conformación de una imagen que se adecue al liderazgo que esta nación viene adquiriendo en el nuevo contexto mundial.

Para llevar adelante su poder blando o la influencia cultural de modo que le permita redefinir su imagen en el mundo actual, podemos destacar algunos aspectos de su desarrollo que constituyen fortalezas a la hora de proyectar una imagen atractiva, entre ellos podemos destacar: la tasa de alfabetización de los jóvenes de edades comprendidas entre 15 y 24 años que ya para el 2006, era del 99%; los Institutos Confucio que han asumido un gran papel como embajadores culturales desde la perspectiva de esa nación llegando a simbolizar la diplomacia cultural de China y promoviendo el estudio del chino mandarín y el intercambio educacional; la notable inversión realizada en investigación y desarrollo (I+D); la inversión en formación de recursos humanos que los coloca ya en posiciones de liderazgo en ciencia y, como sostiene Moneta (2013), siendo la segunda a nivel mundial tras los EE.UU. en agricultura y agroalimentos, industria aeroespacial y transporte ferroviario, el tercero en energía, informática y comunicaciones, y el cuarto en industria automotriz, nanotecnología y materiales avanzados.

La RPCh ha logrado establecer en los últimos años un incipiente liderazgo en innovación tecnológica, tecnologías digitales, automatizadas, y la robótica, hechos que responden a estrategias diseñadas por el gobierno a mediano y largo plazo y sostenidas e implementadas en el tiempo con eficiencia, entre las que se destacan el Programa Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico a mediano y largo plazo (2006-2020), El Proyecto de Promoción y Desarrollo de Industrias Emergentes de Importancia Estratégica (2010), y los programas Made in China 2025, e Internet Plus.

En Latinoamérica ha habido también políticas tendientes a lograr un desarrollo en la innovación, creación de instituciones especializadas, y la promoción de la creatividad pero con un nivel muy inferior al chino en referencia a los recursos destinados a esos proyectos. Un tema central en el actual siglo XXI es el impulso de las llamadas Industrias 4.0, en las que se desarrollan en conjunto el trabajo físico y el digital, la aplicación de las avanzadas técnicas del software, y los procesos ‘inteligentes’ para lograr optimizar la cadena de valores. En ese contexto el documento de la CEPAL8 elaborado en enero de este año (2018: 89-91) considera que: “China está convergiendo con los países líderes en el desarrollo de tecnologías asociadas a la Industria 4.0, mientras que América Latina se acerca al umbral mínimo […] La Industria 4.0 en América Latina está en una fase incipiente y se enfrenta el riesgo de que la brecha se acentúe en los próximos años. Existe una oportunidad temporal de retomar el proceso de convergencia con la frontera tecnológica. La Industria 4.0 puede ser un aliado para hacer frente a los grandes desafíos de la región, como la diversificación productiva, el alto grado de urbanización, el envejecimiento de la población, la necesidad de mayor cobertura en servicios de salud y educación, la crisis ambiental y el cuidado de los recursos naturales.

La RPCh ha imprimido también un gran impulso en las inversiones extranjeras directas (IED) en su política exterior, lo que para AL ha sido de gran importancia ya que aunque esas inversiones se han centrado en los sectores de interés para China, existe un gran potencial si la región las aprovecha estratégicamente para dar impulso al crecimiento exponencial en el desarrollo regional, en la transferencia tecnológica, y en el aumento la competitividad en general. Actualmente, AL es el segundo destino de las inversiones chinas en el extranjero después de Asia, y la inversión directa en la región ha llegado a 387.000 millones de dólares. Es fundamental para Latinoamérica priorizar áreas como el transporte, las energías limpias, sustentables y bajas en carbono, promover intercambios en proyectos de investigación científica donde la RPCh ha tenido grandes avances buscando incorporar a la región una mayor capacidad de comercio electrónico, el desarrollo de ciudades sustentables, el establecimiento de proyectos de investigación conjunta entre universidades, centros de investigación, e intercambio de investigadores y estudiantes entre otras posibilidades en el campo del conocimiento.

Desde inicios del actual siglo las relaciones económicas entre la RPCh y América Latina y el Caribe (ALC) se han multiplicado y ha aumentado la presencia de China en los ámbitos de la cultura, la educación, y la ciencia, profundizándose las relaciones entre Estados, instituciones y personas. No obstante hay muchos cuestionamientos aún sobre cómo, en qué medida, y hasta que profundidad estas relaciones serán beneficiosas para la región o se convertirán en un nuevo escenario de dependencia a una metrópolis de tipo extractiva y neocolonial. Los EE.UU. y Europa, mercados tradicionales de la región, han alzado su voz previniendo del posible daño potencial que encierran estas relaciones para las economías latinoamericanas, pero esas alarmas terminan siendo dudosas en cuanto a si su real interés es prevenir, o defender sus intereses en la puja actual por la reestructuración del orden mundial.

Un ejemplo de la profundización de las relaciones se evidencia en la reciente celebración de La XII Cumbre Empresarial China-LAC, desarrollada los días 1, 2 y 3 de noviembre de 2018 en Zhuhai, que se organizó entre empresarios de alto nivel en conjunto con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el Gobierno de la Provincia de Guangdong, el Consejo Chino para la Promoción del Comercio Internacional (CCPIT) y el Banco Popular de China. Resultó de interés durante la cumbre que varios de los representantes de AL se mostraron entusiasmados con los logros de las relaciones con China y el hecho de que las mismas se han diversificado de manera incipiente a áreas como la electrónica, la robótica, la computación y la inteligencia artificial.

El PCCh y el Estado quieren construir relaciones basadas en la confianza mutua, buscando la cooperación y las ganancias compartidas, reforzando para ellos las relaciones culturales, de conocimiento mutuo y de cooperación en el plano internacional, en ese contexto el año 2016 fue denominado el año de Intercambio Cultural entre la RPCh y ALC.

Como sostiene Torres Mello (2018), las relaciones comerciales y políticas entre ambas regiones se han profundizado mediante el establecimiento de una diversidad de conceptos o clasificaciones que han creado, entre las que podemos mencionar: las ‘asociaciones estratégicas’ (con seis países latinoamericanos: Brasil, Venezuela, México, Argentina, Perú y Chile), la constitución de relaciones en un escalón superior a partir del 2012 llamadas relaciones de ‘asociación estratégica integral’, o las ‘relaciones cooperativas de alto nivel’ (con Colombia, Costa Rica, Ecuador y Uruguay).

El 5 de noviembre de 2008, el Gobierno chino publicó el primer documento sobre la Política de China hacia América Latina y el Caribe (conocido también como Libro Blanco) donde plasmó el objetivo de establecer la asociación China-ALC de cooperación integral basada en igualdad, beneficio reciproco y desarrollo conjunto.

Actualmente la RPCh ya es el segundo socio comercial de AL, y el volumen comercial total entre las dos partes fue de alrededor de 260.000 millones de dólares en el 2017 aunque luego de más de una década de gran crecimiento en el comercio y la inversión, y a partir de la desaceleración de la economía de la RPCh y la caída del precio de los commodities, se ha desacelerado también el comercio bilateral. No obstante la relación es enorme, el comercio bilateral tuvo su gran auge entre los años 2000-2003 y lo recuperó desde el 2017 a pesar de que la región sigue exportando fundamentalmente recursos naturales con escaso valor agregado y continúa importando manufacturas, lo que mantiene el gran déficit comercial en general de AL hacia la RPCh. Por todo ello se sostiene desde diferentes ámbitos en la región, la importancia de no acomodarse a un sistema de relaciones en el que la RPCh termine siendo únicamente un prestamista o un mercado potencialmente tentador para los recursos naturales, sino que se apunte a aprovechar las oportunidades de financiación en proyectos de infraestructura y desarrollo que China propone.

Necesidad de diseñar políticas desde Latinoamérica hacia la RPCh

Es urgente la toma de consciencia por parte de los hacedores de políticas regionales de la necesidad de actualizarse con el ritmo de la innovación mundial y buscar intercambios con la RPCh en las áreas de tecnología y transferencia de conocimiento para evitar costos indeseados del impacto de las nuevas tecnologías en la estructura productiva regional.

La RPCh avanza hacia la sociedad del conocimiento y nuevos procesos productivos, es en ese sentido que las relaciones de la región hacia la RPCh deben cambiar abandonando la postura de vender caro nuestros recursos sin proyectos a mediano y largo plazo en la región. AL debe aprovechar la nueva estrategia exterior de la RPCh y su impulso del proyecto de La Franja y la Ruta para que este le permita dinamizar el comercio de la región, no solo con la China, sino también con Asia en general, África y Europa, aprovechando la conectividad que implican las nuevas rutas marítimas y digitales.

La CELAC9 ha impulsado diferentes planes en la región como, El Primer Plan de Cooperación CELAC-China 2015-2019, centrado fundamentalmente en aumentar el intercambio comercial, pero en un escenario donde se perfila cada vez más un cambio de las rutas y flujos comerciales, y se espera que el segundo Plan de Cooperación CELAC-China incorpore metas más ambiciosas en cuanto a diversificación de exportaciones, a la búsqueda de un mejor entendimiento de requisitos técnicos, oportunidades de inversión, instancias de arbitraje, uso de recursos digitales, y comercio entre regiones y provincias, saliendo de la lógica bilateral únicamente.

En el gran avance realizado por la RPCh en los últimos años sobre la región podemos destacar su presencia en diversos mecanismos de integración regional latinoamericanos como: el Mecanismo de consulta con el Grupo de Río, el Mercado Común del Sur (MERCOSUR), la Comunidad Andina (CAN), la Comunidad del Caribe (CARICOM), el Mecanismo de Diálogo Periódico a nivel de Cancilleres con la CELAC, como observador del BID, del Parlamento Latinoamericano (PARLATINO), de la Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI) y la CEPAL, como observador permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA), como miembro del Banco Americano de Desarrollo, como miembro del Banco Caribeño de Desarrollo, y como observador de la Alianza del Pacífico.

El otro rol fundamental de la RPCh en la región es su papel como actor financiero, su Banco Central ha firmado diversos acuerdos de canjes de monedas con distintos Bancos Centrales de la región como: Argentina, Brasil, Chile y Surinam, que han permitido el comercio bilateral y fortalecer las reservas. También han concretado planes de financiamientos de proyectos económicos y préstamos que han superados los realizados a la región entre 2005 y 2016 por el BID, el Banco Mundial y el Banco de Desarrollo de América Latina.

Ante la presencia cada vez mayor de China en la región se impone que AL sea proactiva en la elaboración de estrategias regionales respecto de la RPCh, lo que ha sido una debilidad hasta el momento, un ejemplo de ello ha sido la falta de respuesta de los países latinoamericanos al Libro Blanco sobre América Latina al que ya hemos hecho referencia publicado bajo el nombre de Documento de la política china hacia América Latina y el Caribe de 2008, y al presentado posteriormente en noviembre de 2016, un segundo documento sobre su política hacia ALC que consta de cuatro partes y tiene un enfoque más integral respecto de las relaciones bilaterales con más calidad y un mayor nivel en la cooperación.

A partir de todo lo expuesto, se impone un cambio en la estrategia de relacionamiento que encierra en sí mismo el imperativo de estudiar y entender más a la RPCh, a su cultura, su política y sus estrategias. La RPCh comprende esta idea y promueve el poder blando para dar a conocer su cultura e intentar constituirse en un modelo posible que genere interés en la región y surja una aspiración a emularlo y seguirlo. No obstante, es a los propios países de AL a los que debe interesar comprender a la RPCh, poder ver el nuevo papel que juega en el contexto internacional y dejar de percibir solo las relaciones tradicionales con el Norte para poder insertarse en la nueva era con capacidad de elección y estrategias de posicionamiento, o será arrastrada a una nueva relación de dependencia.

Latinoamérica debe entonces establecer relaciones que le aporten recursos científicos y de conocimiento en sus negociaciones comerciales y aprovechar que la RPCh, aun en crecimiento y buscando posicionarse en el mercado regional para obtener beneficios propios, está en posición de ceder en aspectos que redunden en crecimiento y ventajas para la región.

En definitiva las relaciones pueden ser muy positivas si Latinoamérica es proactiva y establece políticas que tiendan a potenciar esas expectativas de relaciones que plantea Beijing. En cambio puede ser negativa en la medida que continúe subestimando el papel cada vez mayor de la RPCh en el comercio y la política mundial, y si tiene una actitud pasiva ante el avance de instituciones chinas como los Institutos Confucio que, si no son simétricamente atendidos, se corre el peligro de ser influenciados en la medida de las necesidades de la RPCh y no de la región.

Si hay algunas experiencias impulsadas por la RPCh en su proceso de crecimiento que deben ser tenidas en cuenta por nuestra región, tendríamos que destacar: la capacidad de planificación y el esfuerzo puesto en I+D, en los recursos humanos como centro del interés de la política nacional, la cultura y la educación. Estos fueron valores centrales de la cultura china desde el establecimiento del sistema confuciano como soporte ideológico del sistema imperial aproximadamente desde el 206 a.n.e. y se ha constituido hoy día en un baluarte esencial para su crecimiento.

Aumento de la presencia de RPCh en Latinoamérica

En resumen, que el interés de la RPCh en la región latinoamericana ha ido en aumento en los últimos veinte años y en la actualidad podemos ver que la región forma parte importante en el diseño de su política exterior. Como muestra del interés mencionado podemos resaltar que recientemente se conmemoró del El Día Internacional de la Paz10 entre el 18 y el 20 de septiembre de 2018 en Nanjing, la capital de la provincia de Jiangsu. El evento, organizado conjuntamente por la Asociación Popular China para la Paz y Desarme (CPAPD), el Gobierno Popular de la provincia de Jiangsu y el Sistema de las Naciones Unidas en China, fue la continuación de una política china en respuesta a la iniciativa de la ONU a través de la cual han organizado siete actos conmemorativos en varias ciudades chinas desde 2009 promoviendo que chinos e invitados de todo el mundo trabajen en conjunto en defensa de la paz. El desarrollo del evento este año partió de la consigna de “Trabajar juntos para construir un Comunidad con un futuro compartido para la humanidad y un mundo de paz duradera y Seguridad Universal” buscando consenso en la promoción de un mundo de paz y seguridad a través de discusiones en profundidad sobre el tema. La sesión de apertura, que se celebró en la mañana del 19 de septiembre, tuvo la participación de diversas personalidades iniciándose con sendos mensajes del presidente de la RPCh Xi Jinping y del secretario General de la ONU, António Guterres, y continuando con las palabras del vicepresidente de la Conferencia Política Consultiva del Pueblo de China y vicepresidente de la Asociación para la paz y el desarme del pueblo chino, Ma Biao, y la alocución del vice presidente chino Wang Qishan que dio apertura a la sesión invitando de inmediato a todos los países del mundo a comprometerse con la defensa de la paz. Asistieron además distintos invitados, académicos, y representantes de organizaciones de la sociedad civil de más de 50 países entre los que se destacaron la participación de personalidades como el ex presidente de Costa Rica y premio Nobel de la Paz, Oscar Arias, el ex primer ministro de Japón, Yukio Hatoyama, el ex primer ministro de Nepal Pushpa Kamal (Prachanda), el ex primer ministro de Mongolia, H.E. Ulziisaikhan Enkhuvshin, la presidente del partido MORENA recientemente electo en México, Yeidckol Polevnsky, el ex ministro de Relaciones Exteriores de Francia, Dominique De Villepin, entre otros.

Más allá de los actos centrales que conformaron el evento, llama la atención que los invitados por parte de China a la delegación latinoamericana11, fueron recibidos en el país desde el 14 de septiembre y se los llevó a visitar diversas regiones12, organismos nacionales y empresas con el objetivo de mostrar el desarrollo de la nación y las diversas posibilidades de abrir canales de comunicación y colaboración entre los países de AL y China en áreas de comercio, finanzas o cultura y educación. Esa agenda de actividades evidencia el interés de China por mostrar su desarrollo y buscar establecer relaciones más estrechas estableciendo a la vez un liderazgo claro.

El discurso oficial de la RPCh estuvo centrado en la idea de que la paz es apreciada por toda la sociedad humana, sin embargo, el camino por delante no siempre será sencillo por lo que los chinos están listos para trabajar junto con personas de todas las naciones del mundo para construir una comunidad con un futuro compartido para la humanidad y crear un mañana brillante para todos. El discurso sostenido por china es realmente atractivo a los diferentes países latinoamericanos fundamentalmente por sostener el respeto a las políticas internas de cada país buscando desideologizar las relaciones internacionales.

Otro evento de gran magnitud realizado a fines de 2018, año en el que se celebra el 40 aniversario de la política de reforma y apertura, ha sido la exposición internacional de importaciones en Shanghai13. La feria se centra en las importaciones y subraya la apertura de china con un mercado de 1390 millones de consumidores que sostiene el apoyo a libre comercio y a la globalización. Los organizadores han enfatizado que en un contexto internacional de incertidumbre y con una creciente tendencia al proteccionismo, el país es un abierto defensor al comercio libre y de los mercados inclusivos. En la feria se han hecho presentes un gran número de expositores y los representantes de LA que buscan ampliar sus exportaciones al mercado chino, en cuyo contexto según datos de la aduana china las importaciones desde nuestra región aumentaron en 2017 en un 23% interanual, estando en 127 millones de dólares, con la esperanza de que se verifique un crecimiento del mismo y de que se realice una segunda feria14 de ese tipo.

Reflexiones finales

China fue una gran nación, fundada en principios políticos muy claros y que se mantuvieron vigentes por más de dos milenios, por lo que no es de extrañar que esas bases fundamentales de su cultura y su política sigan imprimiéndole un sello propio en el contexto actual. El estudio y la comprensión de la historia y la cultura china tienen hoy una gran actualidad e importancia ya que nos permitirán entender a una de las grandes potencias en ascenso o reemergente, que puede marcar el pulso de la economía o incluso de las relaciones de poder global en el actual siglo XXI.

El gobierno de china es pragmático, haciendo gala de una gran capacidad de sincretismo entre ideas occidentales (ya sean socialistas o capitalistas) y tradicionales (fundamentalmente confucianas), mostrando de este modo la capacidad de firme conducción de su partido único que diseña y conduce el crecimiento, la cohesión, y la disciplina social, tomando así el tema de la armonía como centro en una denodada lucha contra la corrupción y buscando reconstruir su grandeza clásica.

El actual liderazgo ha mostrado una mayor confianza en el lugar que la RPCh ocupa actualmente en la comunidad internacional, considerando incluso que el modelo que llevan adelante es una alternativa a nivel global más allá de las experiencias de llamado ‘socialismo real’15 o del ‘sistema neoliberal’ que han mostrado fisuras importantes en su desarrollo tanto económico-financiero, como político-social. El tema del liderazgo chino a nivel mundial se debate en el seno de su dirigencia con diferentes visones como sostiene Jorge Malena16 (2016), unas más tradicionalista, otras más contemporáneas. Sin embargo no hay que olvidar que la cultura china parte de paradigmas diferentes a los de la cultura occidental, y que al manejar conceptos de liderazgo o centralidad no siempre se refiere a los conceptos clásicos de Europa o de los EE.UU.

Una preocupación que tanto el PCCh, como su presidente Xi Jinping han mostrado al desarrollar relaciones cada vez más estrechas en la región latinoamericana, ha sido el hecho de saber que el acelerado crecimiento de su economía y del papel que el país tiene ya en el contexto mundial, puede provocar una reacción por parte de los EE.UU. como potencia hegemónica que lleve a conflictos globales17. Es en ese sentido que asegura que su poder creciente se caracteriza por un ascenso pacífico y se expresan claramente en rechazo a cualquier confrontación. China pretende ser respetada y tener un papel más prominente en el contexto mundial por lo que desarrolla una diplomacia proactiva y emprendedora en un mundo multipolar y globalizado orientado al desarrollo.

Su actual discurso centrado en la idea de una Comunidad con un futuro compartido para la humanidad y beneficio compartido es la expresión de su deseo de construir una imagen benigna y a la vez ser un modelo con liderazgo en el nuevo contexto mundial

Biografía

Bibliografía

Referencias

(1) Período que se corresponde con la última de las dinastías antiguas, la Zhou, y en la que se desarrolló el período conocido como el de las cien escuelas de pensamientos entre las que podemos destacar: el Daoismo, el Legalismo y el Confucianismo entre otras.

(2) Concepto introducido en 2003 por Zheng Bijian, importante ideólogo de la dirección china y presidente del Consejo de Reforma y Apertura.

(3) Discurso pronunciado en la Conferencia Central de Trabajo de Asuntos Exteriores, en Beijing en 2014.

(4) Sigla se emplea para referirse conjuntamente a Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, que constituyen una asociación económica-comercial de las cinco economías nacionales emergentes más importantes del mundo.

(5) En el que figura, junto con EE.UU., Alemania y Japón, como uno de los países con mayor peso, y donde ha obtenido la inclusión del RMB (yuan) en la cesta de divisas de referencia para los Derechos Especiales de Giro

(6) Suiza, 18 de enero de 2017

(7) Recientemente el ministro de Relaciones Exteriores chileno, Roberto Ampuero, anunció la incorporación a la iniciativa de la Franja y la Ruta y se firmó el 9 de noviembre de 2018 un memorándum de entendimiento con el Gobierno chino para avanzar en la relación bilateral en el proyecto de la Franja y la Ruta.

(8) Comisión Económica para América Latina y el Caribe

(9) La Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños

(10) El Día Internacional de la Paz fue establecido en 1981 por la ONU en su Asamblea General a través de una resolución que llama al gobierno y personas de todas las naciones para celebrar eventos conmemorativos en este día para diseminar el ideal de la paz, así como defender y construir la paz mundial.

(11) Enrique Lau Cortés, presidente de la Sociedad de Estudios Internacionales de Panamá; Yeidckol Polevnsky, presidente del Movimiento Restauración Nacional de México (MORENA); Lincy Kasahara Sánchez, editora en jefe del periódico “Vanguardia del Pueblo”, Dominicana; Kleber Daniel Pontón Cevallos, Centro de Seguridad y Defensa de Ecuador; Genaro Cuadros Ibáñez, presidente de la Fundación Allende de Chile; Maya Alvisa Barroso, académica y miembro del Consejo Argentino de Relaciones Internacionales, de Argentina; Rita Matos Coitinho, CEBRAPAZ, Brasil; Fernando Alameda Alvarado, Director de la Fundación Colombiana de Altos Estudios, Colombia; Juan Ignacio Marín Aguilar, de la Fundación Arias por la Paz y el Progreso, Costa Rica; Mishel Almaguer Granados, México; Manuel Carbonell Vidal, del Secretariado del Movimiento Cubano por la Paz y Soberanía de los Pueblos (MovPaz) y Yipsi de León, (MovPaz), Cuba; Coronel Wolfgang Grozo Costa, Director general del Centro de Altos Estudios del Perú.

(12) Más allá de Beijing, fueron recibidos en Fozhou y Xiamen antes de trasladarlos a Nanjing, cede del evento central.

(13) Cuya mascota es un oso panda que lleva una bufanda de dos colores representando la iniciativa de la franja y la ruta, mostrando como señalan ellos: un camino de beneficio mutuo y prosperidad compartida

(14) Nota en Hora de Hablar, programa de CGTN, noviembre de 2018.

(15) Referido a la experiencia del sistema socialista liderado por la Unión Soviética.

(16) Como plantea el Dr. Jorge Malena al analizar diferentes puntos de vistas dentro de la dirigencia china que identifica como: los Tradicionalistas, la Nueva Izquierda y los Militaristas.

(17) A partir del crecimiento económico logrado en los últimos años y su proyección económica, hoy la RPCh se encuentra en una posición que la enfrenta directamente a las potencias tradicionales que consideran propios los mercados y regiones de Asia, África y AL, lo que ha comenzado a generar conflictos abiertos. Esos conflictos se agudizan por los desequilibrios en las balanzas comerciales, las exportaciones de tecnología, y su búsqueda de autonomía a toda costa, que genera una compleja tensión que puede ser negativa no solo para ella, sino también para los países latinoamericanos que pueden quedar en medio de la tensión y ser víctimas de sanciones o presiones políticas por parte de EE.UU. o de otros países europeos.